
𝕭𝖔𝖓𝖎𝖋𝖆𝖈𝖎𝖆
✦𝓞𝓳𝓸 𝓭𝓮 𝓟𝓵𝓪𝓽𝓪✦
"Dead men tell no tales."

HISTORIA
Surcaba los mares una temida mujer pirata conocida como Bonifacia, Ojo de Plata.Su nombre no solo se ganaba con su arrojo en la refriega y su sagacidad en el saqueo, sino también por su aspecto insólito. Bonifacia, como sugiere su nombre, tenía un solo ojo, el otro oculto tras un parche negro que escondía un misterio más oscuro que las profundidades del abismo.Con cabellos plateados que relucían como la luna en una noche estrellada, Bonifacia era un espectáculo imponente para quienes se cruzaban con ella por primera vez.La historia de la enemistad entre Bonifacia y su antiguo mentor, un temido capitán, se remontaba a muchos años atrás, y aquella historia sería la única que se conocería de su pasado, por supuesto, de habladurías de taberna, nunca de su propia boca.Ambos habían sido camaradas de confianza en la travesía de los mares, pero una traición desgarradora lo cambió todo.Un día, en medio de un puerto bullicioso, este temido capitán pirata conoció a una niña escuálida, con un solo ojo y cabellos plateados que parecían reflejar la luna misma. Era Bonifacia, una huérfana con un aura de misterio que rodeaba su presencia. Decidió acoger a la niña en su tripulación, convirtiéndola en su protegida y discípula.La pequeña demostró ser una aprendiz formidable, con un ingenio agudo y un coraje sin igual. Bajo la tutela del capitán, creció en las artes de la piratería, aprendiendo a navegar, a luchar y a mantener su astucia en medio de las tormentas. Entonces, comenzó a ver en Bonifacia un destello de algo extraordinario. Su intuición le decía que el destino de su barco, el temido "Dragón de los Mares", estaba destinado a pasar a manos de esta joven prodigio con un solo ojo y valía sinigual, llevándolo hacia la gloria o la perdición.Mientras él enfrentaba las tormentas del océano, dejó a su joven discípula a cargo de la protección de su amada hija en tierra, por miedo a que sus enemigos la utilizaran en su contra. Su hija era el más valioso de sus tesoros, le obsesionaba imaginar que su pequeña princesa podía ser dañada por cualquier desgraciado, por ello, la chica vivía en una jaula de plata.Sin embargo, un fatídico día , el pirata descubrió que Bonnie había sostenido un romance clandestino con su hija, mientras él estaba ausente en el océano, enfrentando las furias del mar.La ira del pirata se desató como un huracán, y juró venganza contra su amiga y protegida.La noticia del amor prohibido y la traición corrió como el fuego entre las tabernas de los puertos, y pronto se ofreció una recompensa por la cabeza de Bonifacia, no solo por su saqueo y sus fechorías, sino también por haber mancillado el honor de su hija.Pero Bonifacia no se quedó cruzada de brazos. A medida que la persecución se intensificaba, ella aprendió a cómo ser una sombra en la noche, a esconderse y a convertirse en una experta en el sigilo, siguiendo los pasos de su antiguo mentor en la vida de piratería.Poco a poco, dejaron de buscar a la mujer, puesto que, quien ofrecía recompensa por su cabeza, había empezado a olvidar la traición, puesto que su hija se quitó la vida pensando que no volvería a ver a su amor nunca más. Esto sumió al pirata en la más profunda de las penurias, hasta el punto que, a día de hoy, no se sabe nada del Capitán, ni de su tripulación.
Psicología
La personalidad de Bonifacia era un enigma, reflejado en su mirada penetrante, capaz de atravesar como un arpón a quienes la observaban, y en su sonrisa ocasional, que surgía como un destello en el horizonte. A pesar de su notoriedad como una pirata despiadada, su expresión escondía una complejidad tan profunda como las insondables profundidades del océano, donde yacían secretos y pesares.Aunque aparentaba ser seria y feroz, era sorprendentemente afectuosa y agresiva a la vez. Su cariño por su tripulación y aquellos cercanos a ella ardía con la intensidad del sol en su apogeo en el Caribe, y estaba dispuesta a luchar con ferocidad para proteger a quienes consideraba su familia.Además, tenía un gusto por coleccionar amantes, considerándolos como tesoros exóticos en sus travesías. En las cálidas noches tropicales, se sumía en pasiones clandestinas, explorando las profundidades de las relaciones con la misma intensidad con la que surcaba los mares peligrosos. Su corazón, rodeado de misterio, latía con una pasión ardiente que solo unos pocos tenían el privilegio de conocer a fondo.Así, Bonifacia iba mucho más allá de ser simplemente una pirata despiadada, sin embargo, solo hubo un amor real en su vida, un amor que la atormentaba en sus momentos más solitarios.Aquel amor verdadero, que una vez había iluminado su mundo con la luz de la esperanza, se había desvanecido de manera trágica. Su amada, con quien había compartido los secretos de su corazón, había tomado un camino oscuro y, finalmente, se había quitado la vida, dejando un vacío que nunca podría llenarse.Esta pérdida dolorosa y el recuerdo de su amada se aferraban a ella como una sombra persistente en su alma, y en sus momentos más íntimos, su mirada solía perderse en la distancia, recordando un tiempo en el que el amor había sido real y tangible. A pesar de su fachada de dureza, el dolor de esa pérdida la acompañaba en sus solitarias noches en alta mar, recordándole la fragilidad de la vida y la fugacidad de la felicidad.


FÍSICO
El cabello de Bonifacia parecía una cascada de plata líquida, una corriente de luz lunar que fluía sobre su rostro como una elegante serpiente de alabastro. Era como si la luna misma hubiera derramado su resplandor en su melena, otorgándole una luminosidad que rivalizaba con las estrellas en una noche sin nubes, siempre llevaba el cabello recogido en una coleta, bien peinada y elegantemente arreglada.Los ojos de Bonifacia, uno de ellos enclaustrado tras un parche negro enigmático, destilaban un aura de misterio.Vestía una camiseta negra, simple pero efectiva, que se ajustaba a su figura atlética, resaltando sus brazos fuertes y su postura segura. La camiseta, desgarrada en algunos lugares por las batallas que había librado, era un recordatorio constante de su vida como pirata.Sus pantalones negros confeccionados en cuero resistente que le permitía moverse con agilidad y flexibilidad, diseñados para soportar el rigor de la vida en el mar, y estaban adornados con correas y bolsillos que albergaban pequeños objetos útiles para una pirata astuta como Bonnie.Lo que más destacaba en su atuendo eran las tres espadas que llevaba consigo. Cada una de estas espadas era única y reflejaba su destreza en el combate. Estaban cuidadosamente dispuestas en su cinturón, como tesoros relucientes listos para la acción.La Espada de la Noche, con su hoja afilada como una estrella plateada, una de las primeras espadas que usó en combate.La Llamada del Dragón, regalada por su mentor después de una batalla complicada y exitosa.El Resplandor de la Aurora, con su brillo único, la cual ella misma pidió que forjaran después de que se enterara del suicidio de su amada.Aquellas tres espadas eran compañeras inseparables de Bonnie.Su conjunto, aunque modesto en su simplicidad, hablaba de su determinación y su habilidad para enfrentar los desafíos con valentía.
